Se ha publicado un artículo de revisión en Archivos de Bronconeumologia que revisa la utilización de corticoides inhalados (CI) en la EPOC. El objetivo de la revisión es analizar la evidencia científica en la que se basa el uso actual de dosis altas de CI en la EPOC y establecer si este tratamiento debe ser revalorado en nuestra estrategia terapéutica.
Existen criterios diferentes en las dosis autorizadas por
§ Los CI en monoterapia no deben utilizarse en la EPOC (evidencia moderada, recomendación fuerte en contra).
§ Los CI deben utilizarse en pacientes con EPOC estable grave o muy grave (FEV1 < 50%) que sufren frecuentes exacerbaciones (evidencia moderada, recomendación fuerte a favor).
§ Las combinaciones de beta-2 de acción larga y CI deben utilizarse en pacientes con EPOC grave, síntomas permanentes y exacerbaciones frecuentes (evidencia alta, recomendación fuerte a favor).
§ La triple terapia (combinación de tiotropio, beta-agonistas de acción larga y CI) debe utilizarse en pacientes con EPOC grave o muy grave con mal control de los síntomas (evidencia moderada, recomendación fuerte a favor).
El tratamiento con corticoides inhalados en niños con bronquiolitis no reduce ni previene la aparición de sibilancias
En niños, la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS) causa frecuentemente bronquiolitis. Tras la infección suelen aparecer a corto plazo sibilancias recurrentes, así como resistencia de las vias aereas aumentada que puede perdurar hasta 10 años.
BMJ ha publicado un trabajo que valora si el tratamiento antiinflamatorio con altas dosis de corticoides inhalados de larga duración iniciado tempranamente es eficaz sobre la aparición y severidad de sibilancias recurrentes que aparecen tras sufrir una infección respiratoria por VRS.
La medida principal de resultado fue el nº de días con sibilancias durante el año siguiente tras los tres meses de tratamiento con corticoides.
Los resultados mostraron que:
– En el subgrupo de niños que no necesitaron ventilación mecánica durante su ingreso (n=221), beclometasona redujo ligeramente el nº de días con sibilancias (reducción absoluta de un 4,3% vs reducción del 2,1% en el grupo placebo, p=0,046), pero no se apreciaron diferencias en la proporción de niños con sibilancias entre los dos grupos (59% en el grupo que recibió beclometasona vs 60% en el grupo placebo, p= 0,89).
– La estancia media hospitalaria fue similar en ambos grupos.
El editorial que acompaña al artículo comenta que este trabajo desmonta la hipótesis de que, si la respuesta inmunológica a la infección aguda inicial pudiera modificarse, se prevendría o reduciría la severidad y/o la duración de las sibilancias recurrentes. Las evidencias disponibles hasta ahora eran débiles: una revisión sistemática reciente concluía que, aunque la administración de corticoides inhalados es un tratamiento seguro, no prevenía las sibilancias post-bronquiolitis, pero el escaso nº de ensayos clínicos (5 ensayos) y los pocos niños participantes (374 niños) dificultaba establecer recomendaciones con un nivel alto de evidencia.
Con este trabajo, el primer gran ensayo clínico doble ciego controlado realizado, se puede concluir que este tratamiento no debería ser empleado para prevenir las sibilancias tras una bonquiolitis por VRS, recomendando por el momento, el tratamiento de soporte (fluidos, oxigeno, ventilación) en la fase aguda (adrenalina, broncodilatadores, corticoides, ribavirina y azitromicina no ofrecen ningún beneficio o pueden incluso ser lesivos en la fase aguda), y tratamiento sintomático cuando aparezcan las sibilancias subsecuentes.