La publicación del ensayo clínico AIM-HIGH ha abierto el debate sobre si fue precipitada la decisión de suspenderlo anticipadamente, motivada por el incremento de casos de ictus isquémico añadido a la falta de beneficios adicionales en el grupo tratado con simvastatina+niacina respecto al grupo simvastatina+placebo en pacientes de alto riesgo.
Los resultados no muestran diferencias ni en la variable primaria ni en las secundarias, a pesar de las reducciones en las LDL y triglicéridos y el incremento de los niveles de HDL mayores en el grupo de niacina. Las diferencias aparecidas en el riesgo de ictus isquémico no se han mostrado estadísticamente significativas y podrían deberse al azar.
El editorial que se acompaña concluye que los resultados del AIM-HIGH no proporcionan soporte para el uso de la niacina como una terapia complementaria a las estatinas en pacientes con historial de enfermedad cardiovascular estable que tienen bien controlados los niveles de colesterol LDL.
Dada la falta de eficacia demostrada en este estudio, la frecuencia de sofocos durante el tratamiento con niacina que algunos pacientes encuentran intolerable, y la cuestión no resuelta de un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, difícilmente se puede justificar el gasto de casi 800 millones de dólares por año en los Estados Unidos para la niacina de liberación prolongada.