Hoffmann-La Roche, titular de la comercialización del antitumoral Erlotinib (Tarceva®) ha comunicado a las autoridades sanitarias canadienses los resultados de un estudio farmacocinético en pacientes con tumores sólidos avanzados e insuficiencia hepática moderada, frente a pacientes con función hepática normal.
Se constata la alta toxicidad hepática del Erlotinib ya que 10 de los 15 pacientes con insuficiencia hepática moderada (Child-Pugh 7-9) fallecieron durante el tratamiento o al cabo de 30 días tras la última dosis. Antes de un mes tras el inicio del tratamiento fallecieron 5 pacientes y en 2 casos el desenlace se produjo por fallo hepático, incluyendo un síndrome hepatorrenal.
El informe del titular de la comercialización refuerza la advertencia de reducir la dosis en caso de insuficiencia hepática moderada, tanto si es por enfermedad previa como por la administración concomitante de otros fármacos hepatotóxicos y extremar los controles analíticos. Recuerda por último que en caso de insuficiencia hepática grave no hay estudios que avalen en ningún caso la seguridad del Erlotinib.
FDA: revisión de los anti-TNF
La FDA ha comunicado en su página de seguridad Medwatch que está procediendo a revisar la posible relación del tratamiento con bloqueantes de TNF (tumor necrosis factor) y la aparición de casos de linfomas y otro tipo de tumores en pacientes jóvenes. Al parecer, desde 1998 se han recibido 30 comunicaciones en este sentido a través del sistema de notificación de acontecimientos adversos, en pacientes que comenzaron a tomar estos fármacos antes de los 18 años para el tratamiento de la artritis juvenil idiopática y la enfermedad de Crohn. Aproximadamente la mitad de estos cánceres fueron linfomas (Hodkin y no-Hodkin).
El comunicado hace énfasis en la necesidad de realizar estudios a más largo plazo para los fármacos autorizados en niños en EEUU (Remicade®, Embrel® y Humira®) dado que este tipo de acontecimientos adversos no se detectan en los ensayos clínicos de pre-autorización. En concreto, ha solicitado la realización de un estudio de este tipo al laboratorio que comercializa certolizumab (Cinzia®), que se iniciará en el 2009 y durará aproximadamente 10 años. Recordamos que Cinzia® fue rechazado por la EMEA para su empleo en enfermedad de Crohn severa en marzo de 2008.
Hasta que se complete la revisión, la FDA considera que los beneficios de estos fármacos superan los riesgos en determinados niños y jóvenes, para las indicaciones aprobadas.
Cambios en la ficha técnica de Enbrel®
Amgen y Wyeth Pharmaceuticals han informado a los profesionales sanitarios en EEUU, sobre los cambios introducidos en la ficha técnica del etanercept (Enbrel®). Las modificaciones incluyen un black-box advirtiendo sobre casos de infecciones graves (tuberculosis y sepsis bacteriana) producidas en pacientes que lo tomaban y que en ocasiones han sido causa de hospitalización o muerte, y en la sección «reacciones adversas», incluyendo los estudios que describen estos casos y su incidencia.
Recomiendan a los médicos que valoren la posible presencia de una infección latente antes de comenzar el tratamiento, así como instruir a los pacientes sobre signos y síntomas de infección, que deben tener siempre presentes durante el tratamiento con Enbrel®.
Recordamos que la EMEA ha modificado la ficha técnica de Enbrel® en varias ocasiones desde su comercialización, incluyendo referencias a estos y otros acontecimientos graves y que la AEMPS emitió en 2002 una nota informativa semejante, sobre otro agente TNF (infliximab, Remicade®) utilizado también para el tratamiento de la artritis.
Lo último, por ahora, sobre las Poyetinas (con perdón)
En octubre de 2007 la EMEA alertó sobre la seguridad de las eritropoyetinas, concluyendo que la relación riesgo/beneficio sigue siendo favorable siempre y cuando que se respeten las indicaciones recogidas en la ficha técnica. Desde entonces, algunos estudios publicados sugieren algunas discrepancias con este posicionamiento.
En el ensayo controlado, doble ciego, se realiza en 989 pacientes con Hb≤11 g/dl y cáncer de origen no mieloide (se excluyen pacientes con leucemia aguda o crónica y linfoma linfoblástico). Los pacientes se asignan aleatoriamente para ser tratados con DA (6,75 mcg/kg cada 4 semanas) o placebo, durante un periodo inicial de 16 semanas y un seguimiento de 2 años. Algunos pacientes recibieron tratamiento durante 16 semanas más.
La medida de objetivo primario de efectividad fue necesidad de transfusión durante las semanas 5 a 17 y la de seguridad, la presentación de efectos adversos y la supervivencia de estos pacientes.
El tratamiento con DA se asoció con un incremento de episodios tromboembólicos, cardiovasculares y muertes durante el periodo inicial de 16 semanas de tratamiento. A largo plazo, la supervivencia fue estadísticamente menor en el grupo de DA comparado con el grupo placebo.
Estimulantes de la eritropoyesis: mas dudas (si caben)
Como algunos recordarán, a consecuencia de la suspensión de algunos ensayos cínicos y de los resultados aportados por los metaanálisis, la FDA informó en septiembre del año pasado a los profesionales sobre determinados cambios en el balance beneficio/riesgo de los factores estimulantes de la eritropoyesis en oncología y en insuficiencia renal crónica. Un mes después, la EMEA emitió un documento similar en el que comunicaba modificaciones introducidas en la ficha técnica de estos medicamentos, restringiendo su empleo en estas patologías.
La industria farmacéutica, tan atenta como siempre, se preocupó por tranquilizar a todos los profesionales sanitarios organizando reuniones, sin reparar en gastos.
En esta ocasión, la FDA insiste en el tema comunicando los hallazgos de dos ensayos clínicos recientes suspendidos anticipadamente: Preoperative Epirubicin Paclitaxel Aranesp Study (PREPARE), y National Cancer Institute Gynecologic Oncology Group (COG-19), que muestran un incremento en la mortalidad y mayor progresión tumoral, en los pacientes con cáncer tratados con estimulantes de la eritropoyesis. En ambos ensayos, se observa este efecto.
La FDA recomienda firmemente a oncólogos y nefrólogos fundamentalmente, valorar y discutir estas evidencias con los pacientes antes de iniciar o continuar con los tratamientos instaurados, y anuncia futuros cambios en la ficha técnica.